
adios amigo
Siempre que me acerco al final de un libro, especialmente si me está gustando, me da nosequé leermelo por ahí de cualquier manera.
No me gusta la idea de leermelo en el metro, o, aunque un poco más, en el parque que tengo cerca... es como si quisiera que esas páginas finales del libro recibieran un trato especial; como si fuera algo querido que se va, y quiero dedicarle unos minutos en los que me encuentre tranquilo y me pueda entregar a su lectura con total tranquilidad y dedicación.
El resto del libro no me importa, pero el final tiene que ser en casa... se ha convertido en un amigo lo largo de sus páginas y ahora hay que despedirlo como se merece.
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El lunes comienzan mis nuevas aventuras que van a reclamar mi antención al 99% (dejo un 1% para mi pinche ;-) ) osea que si ya de por si actualizo poco, os podéis temer lo peor... por si la espera es larga, os dejo un dibujinchi... ¡sed felices!